PROSPERIDAD

VIVIENDA UNIFAMILIAR ENTREMEDIANERAS

QUEIRO Arquitectura

Prosperidad parte de una situación entre-medianeras con los límites muy definidos y sin especiales referencias exteriores, en un barrio histórico de Triana de viviendas unifamiliares modestas de dos plantas.

Se decide volcar la casa al interior, tratando de construir UNA CASA ÍNTIMAMENTE BAÑADA DE LUZ.

La búsqueda de una espacialidad continua se convierte en el tema principal del proyecto. Se pretende construir el vacío de manera que aloje el programa de día. El programa habitacional de noche se encierra en cajas apiladas en distintos materiales que desplazadas entre sí permiten espacios intermedios donde alojar funciones adicionales.

La planta baja se libera, permitiendo utilizar el programa de estar-comedor-cocina como un único espacio separado del vestíbulo de entrada, mediante una pieza que aloja el baño de cortesía. El comedor, donde se reúne la familia a diario, se convierte simbólicamente en el espacio principal de la casa a triple altura.

El programa habitacional se resuelve con tres cajas, una de Madera, para los padres, en planta segunda, que se suspende sobre el atrio central y en su vuelo aloja el despacho-biblioteca, otra de Cristal, para los niños, desde el que poder asomarse al salón. Y una tercera blanca y opaca, como -cuarto de invitados, separando el programa más íntimo del exterior.

Pretendidamente hermética, la fachada responde al interior mediante gestos sencillos componiéndose con cinco huecos de diferentes tamaños asociados entre sí. Dos ventanas alineadas en vertical, iluminan la escalera, también desde la cubierta. Pequeñas hendiduras en la chapa a modo de celosía permiten al ventilación e iluminación de la entrada donde la puerta se esconde. La ventana del dormitorio de invitados se abre al exterior con mayor rotundidad.

La escalera adquiere un papel fundamental, se sitúa tangencial a la casa apoyada en la medianera, y en vuelo la recorre linealmente desde planta baja, persiguiendo la profundidad visual, el fondo de perspectiva buscado es el cielo.

Cajas apiladas y desplazadas, en distintos materiales, completan el programa de noche. La planta segunda se reserva para el dormitorio principal, un cubo de madera que flota sobre el espacio del comedor y sobre despacho-biblioteca abierto al atrio en planta primera, desde el que se proyectarán películas sobre la caja de cristal del cuarto de los niños.

Una estructura de vigas metálicas envueltas en chapas de aluminio permite apoyar la montera-lucernario en el atrio central provocando reflejos y sombras cambiantes sobre las paredes a lo largo del día y de las distintas estaciones del año.

Un puente une el final de la escalera con el dormitorio principal, el espacio más íntimo de la casa, cerrado al interior y abierto, en este caso, a la terraza privada de fachada. La pasarela de chapa sirve para conectar el dormitorio de los padres con el baño principal, donde un lucernario permite ducharse viendo el cielo o las estrellas.

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